La Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI) se basa en la aplicación de una corriente galvánica modificada a través de un dispositivo EPI que lleva incorporado un bisturí y, en el cual, va introducida la aguja de tratamiento.

El objetivo de esta técnica es el de desarrollar una reacción electroquímica justo en la zona de tejido degenerado y producir, de esta forma, una ablación electrolítica que a su vez provocará una respuesta inflamatoria controlada. Este hecho pondrá en marcha mecanismos biológicos celulares que, mediante fagocitosis, comenzarán a desarrollar una respuesta de reparación/regeneración del tejido dañado.

Antes de iniciar el tratamiento, el fisioterapeuta especializado procede a realizar una correcta evaluación y exploración del paciente hasta establecer un diagnostico de fisioterapia y así delimitar la región de tratamiento. A partir de este momento, con el paciente siempre en posición decúbito y confortable, se aplica un antiséptico local en el área de intervención, garantizando así una asepsia adecuada; y posteriormente la introducción de la aguja.

Con esta novedosa y revolucionaria técnica de tratamiento se están consiguiendo resultados extraordinarios en patologías que se llegaban a considerar crónicas y sin resolución, tales como: tendinopatias, tendinitis, calcificaciones,… y se ha demostrado científicamente que posee una efectividad muy alta en la resolución de patologías de este tipo, logrando así devolver la calidad de vida a muchos pacientes que años atrás se veían resignados a convivir con una lesión o algún tipo de dolor el resto de sus vidas.